La hiperhidrosis, como su nombre indica, es un trastorno de la termorregulación que se basa en que las glándulas sudoríparas presentan una hiperactividad que produce un exceso de sudor. Aunque la hiperhidrosis primaria (la que no se produce por otra enfermedad sistémica), es un trastorno benigno, se trata de una cuestión que genera limitaciones en la calidad de vida de las personas que la padecen. Debido a esto, a medida que se ha ido investigando, se han recomendado distintos remedios, como por ejemplo, el formol.
Desde Driosec, expertos en control integral del sudor, os explicamos qué es el formol, cuáles son sus propiedades y usos, por qué se le consideraba un posible tratamiento para la hiperhidrosis y se descartó, y qué otras opciones existen.
¿Qué es el formol?
El formol o formaldehído, del latín “formica” (hormiga) y de fórmula química H2C=O, es un líquido incoloro, de olor fuerte y penetrante que consiste en una solución acuosa que se obtiene por oxidación del alcohol metílico.
Esta sustancia fue descrita por primera vez en 1859, de la mano del químico ruso Aleksandr Butlerov que lo denominó “dioximetileno”. No fue hasta diez años más tarde, en 1869, cuando August Wilhelm von Hofmann acaba de identificarlo tal y como lo conocemos.
¿Cuáles son sus propiedades y usos?
El formol es una sustancia química muy volátil, con un alto poder bactericida, fungicida y viricida. Sin embargo, también es irritante, muy volátil y con una alta toxicidad e inflamabilidad.
Entre los principales usos del formol encontramos, siempre en cantidades controladas:
- Conservación de muestras biológicas en sanidad.
- Desinfectante a causa de sus grandes propiedades antisépticas.
- En productos de higiene (cremas, productos de alisado, champús, productos de higiene femenina…).
- Fertilizantes.
- En fabricación de textiles libres de arrugas, papel, plásticos, resinas y pinturas.
¿Por qué se consideraba el formol un posible tratamiento para la hiperhidrosis y ya ha sido descartado?
El formol empezó a ser utilizado en casos de hiperhidrosis en la década de los 70 del siglo pasado, ya que se observó que servía para secar los tejidos, como por ejemplo, las palmas de las manos.
Como hemos comentado, el formaldehído es una sustancia irritante, que produce distintos efectos adversos en el cuerpo si la persona se expone a él en grandes cantidades, entre ellas, encontramos:
Reacciones alérgicas de la piel: dermatitis de contacto. Según el Grupo Español para la Investigación de la Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC), la prevalencia en nuestro país de la sensibilidad al formol es de 1,61% del total de los pacientes a los que se les han realizado pruebas cutáneas, y que se encuentra en la 14ª posición en los alérgenos más frecuentes.
- Heridas, quemaduras.
- Alopecia, pérdida del cabello.
- Irritación de garganta.
- Daños oculares.
- Asfixia.
- Intoxicación.
- Náuseas.
- Irritabilidad.
Además de todos estos efectos y de no encontrarse incluido en la lista de tratamientos recomendados por la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis, estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), han concluido que se trata de una sustancia que contribuye claramente a la aparición de cáncer.
¿Qué otras opciones existen para sobrellevar los efectos de la hiperhidrosis?
Actualmente las sales de aluminio (cloruro de aluminio) han desplazado al formol, e incluso, éstas han empezado a ser sustituidas por otras opciones, como la piedra de alumbre para el control de la sudoración en formato antitranspirante.
Los antitranspirantes son una opción útil y cómoda para controlar el sudor, sin embargo, hay que tener en cuenta si el nivel de sudoración es normal o excesivo y escoger el más adecuado.
En casos de hiperhidrosis, existen otros tratamientos como las inyecciones de toxina botulínica para bloquear la actividad de las glándulas sudoríparas, la simpatectomía (una intervención quirúrgica en la que se interrumpe una porción del tronco del nervio simpático) y la iontoforesis.
Mientras la toxina botulínica y la simpatectomía pueden tener efectos secundarios (como sudoración compensatoria) y son más invasivos, la iontoforesis es un tratamiento que se puede realizar desde casa y ofrece resultados en general constantes.
Ahora ya sabéis acerca del formol y por qué no es aconsejable para controlar el sudor. Si precisáis de mayor información sobre cómo controlar la sudoración y sus efectos, os recomendamos seguir los artículos de nuestro blog y os invitamos a conocer nuestra gama de productos antitranspirantes.
Bibliografía
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