Muchas veces es posible que al tener calor por una elevada temperatura corporal, o al hacer ejercicio, sentir vergüenza o beber alcohol nuestra cara se enrojezca y podamos sentir calor. Esto es una reacción natural, el rubor facial, pero puede ser más intenso y molesto en casos de hiperhidrosis. Desde Driosec, expertos en control integral de la sudoración, os respondemos a esa pregunta que os podéis estar haciendo, ¿Por qué se me pone la cara roja y siento calor?
¿Por qué se me pone la cara roja y siento calor?
Como hemos comentado, el rubor facial es una reacción fisiológica normal que cualquier persona puede mostrar por muchos motivos en su vida cotidiana. Sin embargo, cuando éste se da de forma excesivamente intensa, de forma muy continua, por largos períodos de tiempo, o sin un desencadenante que lo provoque estaríamos ante el rubor facial patológico.
El rubor facial patológico es una disfunción simpática, una manifestación de la hiperhidrosis que consiste en que la cara presenta un tono carmesí y en ocasiones, ésta coloración puede darse también en escote, cuello y orejas. Además, está acompañado de sudoración profusa.
Como en el caso de la hiperhidrosis, el rubor facial genera síntomas y efectos que influyen en la vida de la persona que lo padece. Producen una limitación de su vida social y malestar psicológico (como ansiedad, baja autoestima, bajas habilidades sociales, miedo o incluso fobia a enrojecer, la denominada ereutofobia, temblores y palpitaciones).
¿Cómo se diagnostica el rubor facial?
El rubor facial es una disfunción del sistema nervioso simpático, como la hiperhidrosis, y como en este caso, tiene una tendencia genética, por lo que muchas personas que lo padecen presentan algún familiar que también lo sufre.
Además, al darse en una zona tan visible y tener síntomas tan característicos es muy fácil de detectar y valorar por un profesional.
El diagnóstico del rubor facial consiste en una exploración realizada por un dermatólogo. Sin embargo, también es posible que el diagnóstico se complete con la intervención psicológica para conocer el factor desencadenante y actuar así en consecuencia. No suele ser necesaria ninguna prueba adicional.
¿El rubor facial tiene tratamiento?
Como en el caso de la hiperhidrosis, el rubor facial patológico, tiene distintos desencadenantes y efectos, por lo que el planteamiento de su tratamiento es multidisciplinar. En él, participan especialistas en psicología, dermatología y en cirugía, en el caso de que se proceda a una simpatectomía.
Gracias a esta visión, se pueden valorar las características individuales de cada paciente y de esta manera ofrecerle soluciones específicas a su caso.
A nivel dermatológico, se podrá efectuar la simpatectomía para tratar de reconducir el mal funcionamiento del sistema simpático, si bien, este tratamiento tiene efectos secundarios como la sudoración compensatoria.
El abordaje psicológico es muy importante en este caso igual que en el de la hiperhidrosis, ya que algunas emociones pueden estar detrás del rubor facial, pero además, éste tiene un gran impacto en la salud psicológica del afectado.
Desde el área psicológica se trabaja en que el paciente relativice la importancia que le da a este problema, trabajando sus pensamientos, interpretaciones o creencias erróneas. Asimismo, se le enseñan técnicas de control de la ansiedad y exposición gradual a sus miedos.
¿Cómo podemos controlar y prevenir el rubor facial?
El rubor facial, cómo la sudoración excesiva puede surgir por un aumento de la temperatura ambiente, por emociones intensas, por el consumo de alcohol o alimentos calientes o picantes, o tras realizar ejercicio físico.
Teniendo en cuenta estos posibles desencadenantes, es fundamental que trabajemos para evitarlas o reducir su impacto. Algunos buenos hábitos para mejorar el rubor facial son:
- Evitar los focos de calor intensos.
- Vestir con prendas de fibras naturales que permitan la transpiración.
- Evitar el consumo de alcohol y comidas picantes, muy calientes, grasas o excitantes.
- Beber abundante agua para facilitar la termorregulación, y llevar a cabo ejercicio físico regular y moderado para entrenarla.
- Mantener una correcta higiene, evitando las duchas muy calientes.
- Practicar la relajación para controlar las posibles emociones negativas.
- Hacer uso de antitranspirantes para controlar la sudoración.
Ahora ya sabéis acerca del rubor facial. Si precisáis de mayor información sobre cómo controlar la sudoración y sus efectos, os recomendamos seguir los artículos de nuestro blog y os invitamos a conocer nuestra gama de productos antitranspirantes.
Bibliografía
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