Unos más, otros menos, unos por una causa y otros por otra, pero lo cierto es que todos sudamos. La sudoración es un proceso natural de nuestro organismo, y necesario, pues mediante él conseguimos controlar la temperatura corporal. A pesar de ello, el sudor aún se estigmatiza y se relaciona con la mala imagen y la mala higiene.
Desde Driosec, expertos en control integral de la sudoración, os explicamos por qué se produce esta estigmatización del sudor, por qué el sudor excesivo puede causar problemas emocionales a las personas que lo padecen y cómo actuar.
¿Por qué el sudor sigue siendo un estigma?
Un estigma social se define como una condición, rasgo, comportamiento o atributo que hace que la persona portadora o afectada se vea incluida en una categoría social cuyos miembros son vistos de como inaceptables, inferiores o negativos.
Aunque el sudor por sí mismo es inodoro, en algunos casos podemos sentir mal olor del sudor, o bromhidrosis, debido a la acción de bacterias presentes en la piel, especialmente en zonas como las ingles o las axilas.
Estas bacterias descomponen el sudor y liberan componentes volátiles con mal olor, por eso, se relaciona al sudor con el mal olor, a pesar de que no es éste el causante.
Además, el sudor puede estar aún considerado un estigma porque desde la antigüedad, se ha dado un culto al cuerpo, apareciendo productos como los perfumes, para enmascarar o reducir este olor o estos problemas, y si aparece, se relaciona con una mala higiene. El uso de productos cosméticos es tan frecuente en nuestro día a día que el sudor en muchos casos se considera algo a eliminar, y no se le reconoce como algo necesario y natural.
La sudoración excesiva es un trastorno bastante desconocido y a veces puede llamar la atención de otras personas, creando un estigma social mal infundado.
¿Por qué la sudoración excesiva puede producir problemas emocionales en aquellas personas que la padecen?
Las personas con sudoración excesiva pueden sentirse incómodas cuando observan que en este aspecto son diferentes a otras. Además, la sudoración puede obstaculizar su día a día, tanto a nivel profesional, como social, por ejemplo, al sudar durante una reunión, o al no poder llevar ciertos zapatos.
Como hemos comentado, el sudor aún está estigmatizado y relacionado con una deficiente higiene y una mala imagen, lo que también afecta a su día a día, sus relaciones sociales y su autoestima. Esto lleva a que este trastorno no se comparta y las personas que lo padezcan en general tiendan a llevarlo en silencio y no entender lo que les ocurre. En muchas ocasiones, esto también les lleva a aislarse y a no participar igual en las actividades sociales.
El sudor puede producirse por muchas causas, siendo una de ellas las emociones. Ante momentos de ansiedad, estrés o tensión, se liberan las hormonas cortisol y adrenalina. Estas hormonas son las encargadas de preparar el cuerpo en la respuesta de lucha-huida, ante cualquier peligro inminente.
Estas hormonas producen un aumento del ritmo cardíaco, mayor necesidad de oxigenación y gasto de energía, que produce un aumento de la temperatura corporal. Ante esto se activa la sudoración.
Sin embargo, también puede darse un círculo vicioso entre la sudoración y estas emociones, ya que las personas afectadas, al sentirse nerviosas o estresadas sudan, y al sudar, se ponen más nerviosas por ello. Lo mismo ocurre cuando existe bromhidrosis y las personas que padecen mal olor del sudor no saben por qué les ocurre y cómo acabar con él.
¿Cómo podemos actuar en estos casos?
Para acabar con el estigma de la sudoración es importante que en primer lugar se recuerde que la sudoración es un proceso natural de nuestro cuerpo de una gran importancia para nuestra salud. También, que a pesar de que tengamos una buena higiene, es común que sudemos ante distintos estímulos, y que en algunos casos, cuando la sudoración es excesiva y fuera de las situaciones habituales, sí es un problema médico: hiperhidrosis.
Para que las personas que la padecen entiendan, acepten y sobrelleven mejor su situación, es importante que acudan a un dermatólogo que les pueda resolver sus dudas, así como a un psicólogo, en el caso de que precisen ayuda para mejorar su autoestima y relaciones.
Llevar buenos hábitos diarios, como mantener una dieta adecuada y una buena higiene y hacer uso de antitranspirantes o tratamientos como la iontoforesis, también será beneficioso en estos casos de hiperhidrosis.
Ahora ya sabéis acerca de la relación entre sudor, mala imagen y belleza. Si precisáis de mayor información sobre cómo controlar la sudoración y sus efectos, os recomendamos seguir los artículos de nuestro blog y os invitamos a conocer nuestra gama de productos antitranspirantes.
Bibliografía
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