La bromhidrosis o osmidrosis es una condición que provoca un olor corporal excesivo, anormal y generalmente muy desagradable. De ahí que se la conozca también como la enfermedad del mal olor corporal.
Así pues, las personas con bromhidrosis desprenden lo que podría describirse como un fuerte olor a sudor que no pasa desapercibido y que es imposible de disimular, si no se toman ciertas medidas para combatir el mal olor corporal.
Es por todo ello que esta afección dermatológica suele tener un impacto muy negativo en la autoestima de quienes la sufren, mermando su calidad de vida y sus relaciones con los demás.
Además, se tiende a vincular este problema de mal olor corporal con una falta de higiene, cuando esta no es la realidad. Es decir, si bien una higiene deficiente es un factor que empeora e intensifica el olor corporal, su origen es otro.
En ese sentido, cabe señalar que la bromhidrosis se debe a una disfunción en el proceso de secreción de las glándulas sudoríparas.
Principalmente, de las glándulas apocrinas, que son las que se localizan sobre todo en las axilas, pero también en los pies, el área genital y el pecho.
Este tipo de glándulas sudoríparas producen unas secreciones grasas que, de entrada, son inodoras. Sin embargo, al ser descompuestas por la acción de las bacterias y las levaduras que habitan en la piel, pueden producir unos compuestos muy malolientes y responsables de ese mal olor corporal tan intenso y característico de la bromhidrosis apocrina. Concretamente, ácidos grasos y amoníaco.
A pesar de que existe también la bromhidrosis ecrina, esta es mucho menos frecuente. Esto se debe a que, la secreción de las glándulas ecrinas (las responsables de regular la temperatura del cuerpo a través de la producción de sudor) es agua en casi su totalidad.
No obstante, cuando los bacterias y levaduras de la piel degradan la queratina (una proteína presente en la epidermis), puede aparecer igualmente el mal olor.
Así pues, esta afección es mucho más que un problema puntual de olor fuerte a sudor, pues el mal olor corporal persiste, si no se sigue algún tratamiento para la bromhidrosis.
En ese sentido, cabe mencionar que esta afección suele manifestarse por primera vez en la pubertad y afecta a hombres y mujeres por igual.
Bromhidrosis: causas
Si bien suele tener un origen genético, hay otras causas de bromhidrosis que se deben tener en cuenta.
Sobre todo, porque existen determinadas enfermedades que producen mal olor corporal. Entre ellas, afecciones metabólicas como la diabetes, disfunciones de la tiroides o alteraciones en la glándula suprarrenal.
De este modo, ante un problema de olor corporal fuerte y desagradable, hay que acudir al especialista para que pueda valorarlo.
En otras ocasiones, en cambio, la bromhidrosis está provocada por el consumo de ciertos alimentos y especies (por ejemplo, cebolla, ajo, curri), tóxicos (alcohol y tabaco) o fármacos como la penicilina.
Paralelamente, existen factores que contribuyen al desarrollo o el empeoramiento de esta enfermedad del mal olor corporal.
Sobre todo, aquellos que favorecen el sobre crecimiento de las levaduras y bacterias que habitan en la piel. Por ejemplo, la falta de higiene, las infecciones cutáneas y, muy especialmente, la sudoración excesiva o hiperhidorsis.
Cómo combatir la bromhidrosis
Hoy en día, existen diferentes tratamientos para combatir la bromhidrosis. No obstante, primero hay que seguir ciertas medidas preventivas.
Entre ellas, lavarse las axilas o las zonas malolientes con un jabón germicida de 2 a 3 veces al día, depilarse o afeitar regularmente el vello para reducir la humedad y la acumulación de bacterias y cambiarse de ropa con frecuencia para minimizar la acumulación de sudor y el posterior mal olor que produce.
A partir de ahí, puede ser necesario recurrir a tratamientos específicos para combatir el mal olor de las axilas y las demás partes del cuerpo.
Entre los diferentes tratamientos para la bromhidrosis, destacan sobre todo los productos antitranspirantes. Estos son efectivos porque ejercen una función astringente y desodorante, por lo que detienen temporalmente la sudoración y evitan el mal olor corporal.
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