El rostro es la parte más visible de nuestro cuerpo y la que más transmite. De ahí que la hiperhidrosis facial suela ocasionar no solo muchas molestias en el día a día de quienes la sufren, sino también un daño importante en su autoestima.
Antes que nada, cabe decir que el sudor facial es totalmente normal en situaciones en las que nuestro cuerpo aumenta de temperatura. Por ejemplo, cuando hace calor, hacemos ejercicio o en momentos de tensión.
Esto se debe a que nuestra rostro concentra una gran cantidad de glándulas ecrinas. Es decir, las glándulas sudoríparas encargadas de regular la temperatura corporal.
No obstante, hay quienes sudan en exceso por la cara y de forma repentina, sin ningún detonante específico. Es entonces cuando podríamos hablar de hiperhidrosis facial.
De ser así, lo más habitual es que se trate de una hiperhidrosis focal primaria. Esto significa que el sistema nervioso envía señales a las glándulas sudoríparas para que se activen sin que haya un desencadenante que lo justifique.
Hiperhidrosis facial: causas
Al igual que sucede con los demás tipos de sudoración excesiva, las causas de la hiperhidrosis facial no se conocen del todo.
Sin embargo, se sabe que hay un marcado factor genético y, por tanto, es habitual que otros familiares también sufran de este sudor facial excesivo.
Hiperhidrosis facial: síntomas
Como decíamos antes, el principal síntoma de hiperhidrosis facial es la sensación de sudar mucho por el rostro y de forma espontánea, sin ninguna causa aparente.
Asimismo, esta sudoración excesiva en la cara puede ir acompañada de una hiperactividad en las demás glándulas sudoríparas del organismo. Es decir, estas pueden producir sudor en exceso también en otras partes del cuerpo como manos, pies, axilas, tronco e ingles.
En cualquier caso, cuando existe la preocupación de por qué se llega a sudar tanto de la cara, hay que acudir al especialista para que pueda hacer un correcto diagnóstico de la hiperhidrosis.
Si efectivamente se trata de un problema de sudoración excesiva en el rostro, también habrá que valorar si efectivamente se trata de una hiperhidrosis primaria focal o bien una hiperhidrosis secundaria generalizada. En este último caso, se trataría un exceso de sudor provocado por un medicamento, un tratamiento o una enfermedad.
Finalmente, se realizará un test cualitativo, llamado Test de Minor, para saber qué zonas son las más propensas a sudar y en qué cantidad.
Hiperhidrosis facial: tratamiento
El tratamiento para la hiperhidrosis facial suele incluir el uso de antitranspirantes comunes. Sin embargo, para evitar el sudor en la cara, es conveniente recurrir a antitranspirantes faciales específicamente formulados para este fin.
Entre ellos, destacan las toallitas antitranspirantes, pues vienen impregnadas de una solución astringente que puede utilizarse fácilmente para prevenir y absorber el exceso de humedad cuando suda mucho la cara, además, están formuladas sin alcohol por lo que no provocarán irritación.
Cuando la hiperhidrosis facial va acompañada de una sudoración excesiva en otras partes del cuerpo, se pueden utilizar también antitranspirantes en formato roll-on, gel o en polvo.
Es más, si hay hiperhidrosis palmoplantar, conviene saber que la iontoforesis es una técnica basada en el movimiento de iones mediante corriente eléctrica que ha demostrado ser muy efectiva.
En caso de que los antitranspirantes faciales no funcionen o sean demasiado irritantes, se podría consultar a un especialista por las inyecciones de toxina botulínica o bótox. De este modo, se inhibe la liberación de acetilcolina de las neuronas que provocan la hiperactividad de las glándulas ecrinas.
En cuanto a los medicamentos para la hiperhidrosis facial, el especialista puede prescribir fármacos anticolinérgicos. Sin embargo, debido a sus efectos secundarios tales como sequedad de boca, visión borrosa y estreñimiento, no suelen ser la mejor opción de tratamiento a largo plazo.
Hiperhidrosis facial: remedios naturales
Lo cierto es que existen algunos remedios naturales para la hiperhidrosis facial que pueden ser útiles para ayudar a evitar el sudor de la cara.
En ese sentido, se recomienda proteger el rostro de factores externos como el sol, la contaminación y el tabaco
Además, es importante mantener el estrés bajo control, ya que el nerviosismo empeora aún más la hiperhidrosis.
Así pues, cuando empieces a notar las primeras gotas de sudor, evita pensar “por qué sudo tanto sin hacer nada”. Centrar tu atención en la sudoración solo agravará el problema.
Otra estrategia que puede resultar un remedio para la hiperhidrosis facial, o al menos una mejora, es evitar las lociones y cremas faciales grasas.
En ese sentido, hay que saber que los cosméticos a base de aceite tienden a agravar la sudoración y favorecer el acné o las infecciones cutáneas. Esto, junto al exceso de sudor, puede crear una barrera que obstruye los poros de la piel.
Así pues, sobre todo en verano, elige cremas faciales hidratantes elaboradas a base de agua y limpia bien el rostro por las noches y, a continuación, no le apliques nada.
Finalmente, eliminar el consumo de azúcar también puede ser un tratamiento natural para la hiperhidrosis facial. Esto se explica porque el azúcar incrementa la actividad del metabolismo liberando un exceso de energía que se acaba convirtiendo en sudor.
De este modo, se recomienda evitar aquellos alimentos ricos en azúcares añadidos o libres (por ejemplo, los zumos o el chocolate), por fruta, ya que esta tiene una concentración de dextrosa, fructosa y glucosa de forma natural.